La gran distribucion y el divorcio
con consumidores y agricultores
España es la huerta de Europa, una de las principales
potencias exportadoras en temas agroalimentarios, pero, en cambio, en la Gran distribución,
no se refleja este potencial y el consumidor se enfrenta a una gran cantidad de
productos sin marca que le confunden y impiden sus decisiones.
Las grandes superficies han fracasado en la venta de frutas
y hortalizas debido a la falta de trazabilidad y la nula presencia de marcas, y
el ineficiente modelo comercial de las empresas agrícolas, provocan un control
total de las cadenas sobre el tejido productivo.
El ineficiente modelo comercial de las empresas agrícolas,
su poco carácter innovador, nula intuición
empresarial y la falta de formación de sus dirigentes, provocan que las
empresas agrícolas tengan una nula inversión en temas como publicidad,
marketing e I+D+I, si además les añadimos los continuos obstáculos de las
cadenas de distribución, hacen que no lleguen esas marcas de los productores a
los consumidores.
Destacar la diferenciación
que supone el frutero de barrio que vela por la seguridad, calidad, servicio
personal y fidelización al cliente, en oposición a las políticas de las grandes
cadenas, de exposición confusa, productos mal colocados, falta de información y
embalajes inadecuados, como los embalajes de plástico que son percibidas como algo
dañino para la salud y el medio ambiente, a cambio de reducir costes y aumentar márgenes
de beneficios y el desconocimiento de parte del sector productor por los
responsables de compras de frutas y hortalizas, hacen que el consumidor tenga
una muy mala apreciación de la gran distribución.
El sector de la gran distribución es consciente de esta situación
y problemática ya que el 90% del consumo de frutas y hortalizas se realiza en
canales tradicionales (65%) y la gran distribución (35%), y año tras año se
agrandan esas diferencias.
En cuanto a la calidad de las frutas y hortalizas, las empresas de la distribución en España es
muy diferente que el centro de Europa, destacando en España por su mala
calidad, y destacar los nuevos modelos de negocios que se intentan implantar en
las cadenas Inglesas, Alemanas, Austriacas, Suizas y francesas de vender las terceras calidades y estrios con precios
muy bajos pero márgenes muy altos, ya que las empresas comercializadoras no
suelen abonar estas calidades a los agricultores
Autor: francisco Javier
gonzalez Alonso
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